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Los petroleros patagónicos marcan el camino

El paro petrolero patagónico convocado para el 6 de noviembre, aunque fue suspendido, tuvo importantes logros económicos para los más de 50.000 obreros petroleros. Pero, al margen de las intenciones de sus dirigentes, lo fundamental es que puso en evidencia la importancia política nacional de este conflicto: cuestiona a uno de los pilares centrales de la recaudación del Gobierno, como lo es el impuesto al salario de millones de trabajadores, que usa para pagar la deuda externa a los buitres y no “para ayudar a los que menos tienen”.

En febriles negociaciones, entre el Gobierno, los sindicatos y las operadoras petroleras, hasta el martes 18 de noviembre se discutieron “sumas compensatorias”, pagadas por las empresas, bonos salariales “puente” de fin año y pauta salarial por tres meses. Todo eso para apagar la rebelión petrolera patagónica que se esparció como reguero de pólvora a otros gremios de la Patagonia. El paro hubiese paralizado la producción de más del 80% del petróleo del país, en momentos en que el saqueo petrolero, a manos de Chevron, British Petroleum, Pan American Energy y otras multinacionales, es prioridad para el Gobierno. Pero aún sin el paro, el efecto dominó del reclamo puso al Gobierno al borde del ataque de nervios. A la semana siguiente de ese paro suspendido, “justo cuando el Gobierno intentaba impedir una nueva protesta de los bancarios y negociaba una salida al conflicto con los petroleros del sur, 50 gremios patagónicos se sumaron a la ola de calor sindical que este año llegó antes del verano y amenazan con abrir una profunda grieta en el muro de contención dispuesto por las autoridades para evitar que se generalicen los reclamos de fin de año, que incluyen un alivio en el Impuesto a las Ganancias, bonos y reapertura de paritarias”. (iProfesional.com – mar, 11 nov 2014)
En la zona austral se vive del clima de malestar porque el costo de vida duplica al de Buenos Aires. Los gremios nucleados en las CGT de Chubut, Santa Cruz y Río Negro resolvieron lanzar una medida de fuerza contundente para el viernes 14 en la región, reclamando la eliminación del Impuesto a las Ganancias, al que califican de “extorsivo”. El reclamo atravesó las distintas centrales sindicales y abarcó desde los camioneros a los metalúrgicos de Aluar Madryn, pasando por estatales y mineros.

Las empresas pagarán el impuesto de los petroleros

El periodista y reconocido especialista en el tema petrolero, Marcelo García, escribió el 17/11 en elextremosur.com: “Los gremios petroleros de la Patagonia lograrían que las empresas se hagan cargo mensualmente de 8.000 pesos del Impuesto a las Ganancias de cada trabajador y tres cuotas de 6.000 pesos bono “puente” como ajuste salarial por inflación entre enero y marzo… Por otro lado, ya está acordado el pago de un bono –al que llaman “puente” hasta la apertura de las paritarias en marzo próximo- que consistiría en tres cuotas pagaderas de enero a marzo del 2015 por un monto mensual de 6.000 pesos… La gran traba está puesta por los funcionarios nacionales que no quieren avanzar en el pago en diciembre ya que se han manifestado complemente contrarios a que los gremios reciban algún tipo de bono extra antes de fin de año, aunque podría hacer la vista gorda en este caso para descomprimir el paro pendiente y acelerar el acuerdo. Al mismo tiempo se adelantó que la negociación salarial para las paritarias del año que viene rondaría entre el 30 y el 35%”.
¡Que los buitres no nos coman el aguinaldo y las vacaciones! Ni un peso para la deuda externa. ¡Que las multinacionales y otros capitalistas paguen el impuesto al salario!

Los petroleros y otros gremios patagónicos nos están marcando el camino a todos los trabajadores argentinos. Sigamos el ejemplo del plenario de delegados petroleros patagónicos y convoquemos a los delegados de todos los gremios a encarar un plan de lucha por los mismos reclamos.

Llamamos a todos los sectores sindicales combativos que, a partir del representativo plenario del SUTNA – San Fernando, nos movilizamos contra el impuesto en el 2013, a que retomemos y ampliemos aquella campaña nacional, que unifiquemos iniciativas y convoquemos a asambleas y plenarios para impulsar la movilización, tomando el ejemplo de los petroleros patagónicos. La jornada del 20 N convocada por la CTA opositora es también una oportunidad para desarrollar esta campaña. También es necesario exigir a los dirigentes de todas las centrales sindicales que dejen de priorizar su pacto con el Gobierno y los opositores patronales. ¡Basta de impuesto al trabajo! ¡Qué todas las empresas que se la “llevaron en pala” lo paguen y no despidan ni suspendan. ¡Bono de fin de año para paliar la inflación!

 

19 de noviembre de 2014