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Manifiesto aprobado por el II Congreso de la CSP-Conlutas

¡Construir la Huelga General en defensa de los derechos de los trabajadores!

A los trabajadoresy trabajadoras y a sus organizaciones sindicales y populares, movimientos y organizaciones de la juventud

 

Los trabajadores, los sectores populares y la juventud brasileña viven un momento de enormes desafíos. Ante la crisis económica, que ataca con fuerza en nuestro país. El gobierno de Dilma (PT y sus aliados del PMDB, PP y otros partidos patronales) y también la oposición burguesa, capitaneada por el PSDB, tienen un acuerdo fundamental: hacer que la clase trabajadora pague el precio de la crisis para proteger y aumentar las ganancias de los bancos, de las multinacionales, del agronegocio y de las grandes empresas. Es falsa, por lo tanto, esa polarización entre ellos: ambos están del lado de los patrones y de los banqueros contra la clase trabajadora.

 

El gobierno, el Congreso Nacional, los gobernadores, los alcaldes de todos los partidos y la patronal están promoviendo un “ajuste”, cuyo resultado es el aumento del desempleo, ataques a los derechos previsionales y laborales, rebaja salarial y recortes en todos los presupuestos sociales: salud, educación, vivienda y en las inversiones públicas. El objetivo es imponer un nivel mayor de explotación sobre la clase trabajadora brasileña y aumentar la economía de dinero para pagar los intereses de la deuda pública a los bancos (deuda que ya consume el 47% del Presupuesto Nacional). Los aumentos continuos de los intereses sirven también a ese propósito de garantizar una inmensa y creciente transferencia de recursos a los bancos y demás sectores, que viven de la especulación financiera.

 

La corrupción y los sucesivos escándalos son el subproducto de los privilegios y favores de las grandes empresas en la gestión del Estado, produciendo y reproduciendo una legión de corruptos y corruptores. El Congreso Nacional, compuesto en más de 70% por diputados financiados por bancos, contratistas y grandes empresas, y que tiene en su comando a políticos que integran la lista de corruptos (designados en la Operación Anticorrupción), vota leyes en beneficio propio, ataca derechos de la clase trabajadora, aprueba una contrarreforma política escandalosa e, incluso, pretende imponer la reducción de la edad para la responsabilidad penal y atacar derechos de las mujeres y de los LGBT.

 

La clase trabajadora, los sectores populares y oprimidos, como las mujeres, los negros, los LGBTT’s, la juventud y otros segmentos organizados de la población, vienen resistiendo a esas embestidas con mucha lucha: huelgas largas y  lucha por vivienda en los centros urbanos. Ha sido una resistencia heroica que se enfrenta con la patronal y los gobiernos, con el Congreso Nacional corrupto y sus agendas anti-obreras, antidemocráticas y conservadoras, y  muchas veces con las direcciones sindicales que no quieren enfrentarse abiertamente con los gobiernos y los patrones.

 

El aparato represivo del Estado ha sido colocado al servicio de los patrones y también de los gobiernos en los enfrentamientos a las huelgas y otras movilizaciones. La represión, la violencia policial, la criminalización de los activistas y la judicialización de los conflictos han sido la tónica. No ha sido diferente en los enfrentamientos constantes en las periferias de los centros urbanos con una criminalización cada vez mayor  de la población pobre y negra de nuestro país.

 

El momento exige la construcción de la resistencia a esos ataques, la unidad de la claseen la lucha y la defensa de un programa de los intereses de los trabajadores, en respuesta a la política económica, que privilegia los intereses de los ricos de este país, de los banqueros y de las empresas multinacionales. La lucha de la clasetrabajadora, contra el ajuste fiscal, es una lucha que enfrentará tanto al gobierno del PT como a la oposición de derecha, pasando por el PMDB de Eduardo Cunha y Renán Calheiros, gobernadores y alcaldes.

 

La ruptura con ese modelo económico y la adopción de medidas que atacan los privilegios de los banqueros y de los grandes empresarios son esenciales para revertir esa situación, comenzando por la ruptura de los acuerdos que garantizan el pago de la deuda pública y la remesa de las ganancias de las empresas y bancos al exterior. En defensa de la clase trabajadora y de sus derechos, debemos luchar por la garantía de estabilidad en el empleo, reducción de la jornada, sin reducción de los salarios, congelamiento de los precios de los bienes de primera necesidad y de las tarifas públicas, fondos para educación y salud, ningún recorte en los fondos sociales, ningún derecho de menos. Este programa, para ser alcanzando, exige la movilizacióny la derrota de las políticas de los gobiernos actuales y exige la unidad de nuestra clase.

 

Parte importante de las direcciones sindicales mayoritarias, en particular de la CUT y de Fuerza Sindical, se han embarcado por el tortuoso camino de la negociación del ajuste y apoyan ahora parte de las medidas de ajuste fiscal del gobierno y también partes del infame Proyecto Legislativo 4330 de tercerización [laboral]. Estas dos políticas son parte del mismo plan económico de los patrones y del gobierno. No cabe a los trabajadores negociar el tamaño de esos recortes.

 

La resistencia de los trabajadores viene demostrado que es posible derrotar las políticas de los patrones y de los gobiernos. Las huelgas de VW y GM, entre otras, son ejemplos categóricos de la disposición de lucha de la clase trabajadora en general y de los obreros en particular para enfrentar la dureza del ajuste patronal y de los gobiernos.

 

En este momento, hay un contingente enorme de trabajadores de educación básica y del servicio público federal también en huelga y enfrentando otra cara del ajuste. La unificación de esas luchas y demás procesos de movilización, en el camino de la construcción de la Huelga General, están presentes en la realidad como una necesidad y como posibilidad concreta. Los días de paralización nacional del 15 de abril y el 29 de mayo, que contaron con una amplia unidad de centrales sindicales y otras organizaciones, mostraron que la clase trabajadora y sus aliados están dispuestos a enfrentar la política gubernamental, los ataques patronales y los planes de ajuste de los gobiernos.

 

El II Congreso Nacional de la CSP-Conlutas se dirige a las organizaciones sindicales, a las centrales en particular, y también a las organizaciones populares y de la juventud y llama a esas entidades a la organización conjunta de la resistencia de nuestra clase, por encima de los puntos del acuerdo, que se han mostrado posibles de promover una amplia unidad de los trabajadores: derrotar las medidas de ajuste, las tercerizaciones y la defensa del empleo.

 

El papel de las centrales sindicales y demás organizaciones de los trabajadores y movimientos populares, no puede ser el de socios menores del ajuste, sino el de luchar intransigentemente endefensa de los derechos de los trabajadores, independientemente de donde venga el ataque, del gobierno o del partido que esté en el poder.

 

La aceptación de fórmulas patronales, como el factor 85/95 (en sustitucióndelinfame factor previsional), la negociación de las metas de ajuste fiscal o, peor aún, la propuesta del plan de protección del empleo, inspirado en el modelo alemán, que descarga los costos de la crisis sobre los hombros de los trabajadoresy protege la ganancia de los patrones, son el camino para construir la derrota de nuestra clase, enun momento en que los trabajadores dan muestras de su capacidad de resistencia.

 

En ese sentido, el Congreso de la CSP-Conlutas, buscando la unidad con el sindicalismo y movimiento popular independiente, se dirige a esas organizaciones y hace un llamado a la unidad ya la construcción de la Huelga General, organizando en los sectores y movimientos en todos los Estados, plenarias y encuentros amplios, que envuelven a las bases de nuestras organizaciones, que fortalezcan los procesos de lucha en curso y posibiliten, a los trabajadores y trabajadoras, derrotar esos ataques con unidad y lucha.