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#NiUnaMenos por Latinoamérica y el mundo

La violencia contra los trabajadores y pueblos del mundo aumenta año a año. Es un producto de la crisis mundial, y de los salvajes ajustes.
Los refugiados huyen de sus países, de la guerra y de la miseria. Los trabajadores europeos pelean para defender sus conquistas, que parecían eternas.
En Latinoamérica la crisis entró con todo. Hay una Venezuela desesperada y hambrienta; en México, Brasil, Paraguay, hay luchas contra las reformas que arrasan con la educación y la salud.
Ese ataque tiene consecuencias concretas para la vida obrera, especialmente para las mujeres trabajadoras y las jóvenes. Es la causa de fondo por la que el machismo, la xenofobia, el racismo, la lgbtfobia, recrudecen.
Y es también por eso que el rechazo a la violencia contra la mujer se está convirtiendo en bandera de lucha.
Solo en el último año se produjeron enormes movilizaciones que lo prueban. En 2015 hubo el #NiUna Menos del Estado Español el 7N, y en 2016, el #VivasNosQueremos de México el 24A, el #PorTodasElas de Brasil el 29M, el #Niuna Menos de Argentina y Uruguay el 3J y el de Perú el 14A.

¿Onda reaccionaria o enfrentamiento a todos los “ajustadores”?

Para el kirchnerismo, el PT de Brasil, los chavistas – lamentablemente secundados por sectores de izquierda que se reivindican trotskistas- , los males de Latinoamérica se deben a una “onda reaccionaria” que avala “golpes ”, como se habría dado a Dilma o ahora a Maduro, instalando gobiernos neoliberales.
Pero la realidad contradice esos argumentos. Por ejemplo, el embarazo precoz, vinculado con la violencia sexual y con la pobreza extrema y sus alarmantes cifras. En Sudamérica el triste primer lugar es de Venezuela, seguida por Ecuador.
Solo en Cuba, Puerto Rico, Distrito Federal (México) y Uruguay existe el derecho al aborto legal y gratuito. La ilegalidad del aborto mete presas o mata a mujeres pobres como son Belén o Yamila en Argentina, criminalizadas por los macristas, kirchnneristas y socialistas de Binner.
En todo el continente es norma la falta de derechos elementales para la comunidad LGBT.
Brasil es el quinto país mundial en cantidad de femicidios; éstos aumentaron un 21% mientras gobernaban Lula y Dilma. La Bolivia de Evo Morales ocupa el segundo lugar en violencia sexual.
Datos como éstos son consecuencia de años de sus planes de “crecimiento con inclusión”, en los que defendieron la economía capitalista, el lucro de las multinacionales y la rapiña del imperialismo.
Por eso los trabajadores y los pueblos les dan la espalda en las urnas, como en Venezuela o Argentina.
Mientras tanto, revelan con sus luchas, que la onda existente es la de enfrentamiento a todos los que quieren hacerles pagar la crisis, llámense “neoliberales” como Macri, Temer o Peña Nieto (México), o “progresistas”, como Maduro, Correa o Evo.

No habrá liberación femenina sin cambios de fondo

El PSTU y la LIT, por el contrario, confiamos en los pasos que están dando la clase obrera y los sectores populares del continente, con las mujeres en primera fila.
Debemos lograr la mayor unidad posible en la acción para derrotar a los ajustadores de todo signo, integrando los #NiUnaMenos a las huelgas, movilizaciones y distintas expresiones de lucha de la clase obrera.
Necesitamos una Segunda y Definitiva Independencia, una revolución que rompa las cadenas imperialistas, que deje de pagar las deudas externas, que elimine la discriminación y explotación, que instale a la clase obrera en el gobierno.
Éste es un objetivo del programa socialista que levantamos, y por el que peleamos como única garantía de lograr la liberación de la mujer. Sabemos que no podremos lograrlo sin organización, y por eso construimos el PSTU y la LIT-CI. Te invitamos a ser parte.