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Nuestras necesidades no pueden esperar

Al cierre de esta edición, el FMI llegaba a nuestro país a emprender la primera misión en este nuevo gobierno, con el fin de negociar la reestructuración de la deuda. La prioridad de pago quedó en evidencia tanto con la Ley de Sustentabilidad votada en el Congreso, como en la provincia de Buenos Aires en la que Kicillof, luego de encendidas declaraciones, pagó a los acreedores y sacó el pequeño aumento que le correspondía a los docentes. Ahora se anuncia con bombos y platillos la postergación del pago de los bonos AF20 para septiembre, pero sí se pagarán los intereses de los mismos, lo cual de por sí es muchísimo dinero.
Sin duda, la cuestión de la Deuda es un tema central no solo del gobierno, sino también de los trabajadores y trabajadoras, ya que la ecuación es clara: más para la Deuda, menos para nosotros y nosotras.

Una gira a su servicio
La gira realizada por Alberto también habla por sí sola. Muchos compañeros y compañeras que lo votaron y aún tienen expectativas en él, ven con simpatía y apoyo la lucha que está llevando adelante el pueblo chileno contra el gobierno de Piñera desde hace cuatro meses. Sin embargo, lejos estuvo Alberto de utilizar su investidura presidencial para apoyar esa lucha o al menos denunciar los crímenes de lesa humanidad que allí se están cometiendo, o de ir a apoyar la resistencia al golpe en Bolivia que dijo condenar.
¿Qué hizo Alberto? Fue a Israel a reunirse con Netanyahu, responsable actual en alianza con Donald Trump, de la masacre al pueblo palestino. Fue a los países europeos a “hacer buena letra” para lograr apoyo en la renegociación con el FMI y fue tan exitoso en sus propósitos que hasta Donald Trump le mandó su apoyo mediante el Embajador.
Nada es gratis
Pero como todos y todas sabemos, en este mundo capitalista, nada es gratis y mucho menos el apoyo de un gobierno. También al cierre de esta edición el gobierno promulgó la ley de ejercicios militares con fuerzas extranjeras, votada en el Congreso el mismo día que la Ley de Sustentabilidad también por unanimidad de los políticos patronales.
Esta ley “permite que ingrese y recorra las costas argentinas un portaaviones norteamericano con 5 mil marines, para el desarrollo de un «Ejercicio Combinado de Adiestramiento Aeronaval en el Mar» denominado «Gringogaucho», del que también participarán 130 efectivos militares argentinos.” Además de realizar luego otros ejercicios conjuntos similares con las fuerzas armadas de Francia, Alemania, China, Rusia y países limítrofes, como Brasil y Chile.
¿Dónde está la soberanía y la Argentina de pie con leyes como éstas?

La realidad
Nuestra realidad también habla por sí sola: los precios de los alimentos no paran de aumentar, la vuelta al asado es un horizonte cada vez más lejano. Los niños y niñas wichis muriendo por desnutrición en Salta son el punto más alto y dramático de una realidad que se extiende. ¿No es acaso eso lo urgente? ¿No es ahí el primer lugar donde deberían estar Alberto y los recursos del país si los que menos tienen son la prioridad?
La situación de la provincia Chubut también es una muestra de hacia dónde vamos en todas las provincias: los estatales cobrando escalonadamente y con atraso de un mes de sueldo, mientras el gobernador Arcioni paga la deuda de la provincia y las petroleras multinacionales se llenan de plata.
Parte de la misma situación de crisis es la de los femicidios que aumentan sin parar y a pesar de los discursos de Alberto sobre el problema de la mujer y de la creación del ministerio ni se habla de la emergencia nacional contra la violencia machista. Claro, eso implica destinar plata.
Atados de pies y manos
Frente a esta realidad, el Pacto Social en el que están metidos la inmensa mayoría de los dirigentes sindicales, nos ata de pies y manos. No hay forma de avanzar en recuperar al menos algo de lo perdido sin romper el Pacto Social y llevar los reclamos a las calles.
La paritaria estatal siempre es testigo a esta altura del año y la actitud de los dirigentes bonaerenses muestran hacia donde van: sin gran escándalo por la postergación del aumento y charlando anular la cláusula gatillo (que, aunque insuficiente es una herramienta frente a la inflación que no para).
En un sentido similar las conducciones del movimiento de mujeres no convocaron ni a una movilización frente a la ola de femicidios.

Nuestras necesidades no pueden esperar
Hace mucho que nos dicen que tenemos que esperar: primero que había que aguardar a las elecciones para sacarnos de encima a Macri (en esa espera perdimos poder adquisitivo y de condiciones de vida), ahora que por la “herencia recibida” hay que esperar a que el Gobierno arregle un poco las cosas.
Nos dicen que entre todos tenemos que colaborar para salir del pozo, pero siempre los que colaboramos somos los trabajadores y trabajadoras, los jubilados y nuestros hijos. Desde el PSTU decimos que no podemos esperar más, que es hora que alguna vez los que pierdan sean ellos: los empresarios, las multinacionales.
Muchos compañeros y compañeras seguramente aun piensan que el Gobierno actual puede ir en ese sentido. Nosotros y nosotras creemos que no, y que la realidad está demostrando cuáles son sus prioridades y su rumbo. Pero no se trata ahora de ganar una discusión sino de recuperar al menos lo perdido en los últimos cuatro años. Por eso les proponemos que, más allá de las expectativas que cada uno tenga con Alberto o con Cristina, digamos basta y peleemos juntos por lo que nos corresponde.
Que nos organicemos en nuestros lugares de trabajo, de estudio o en nuestros barrios para obligar a las conducciones sindicales a romper el Pacto Social y pelear por lo que necesitamos: por aumento salarial que supere lo perdido con la inflación; por planes de obras públicas para garantizar trabajo genuino a todos los desocupados y desocupadas y a la vez viviendas, asfalto, cloacas y acceso al agua potable en todos los pueblos del país; por mejora en las condiciones laborales y contra la reforma laboral por sector; por presupuesto para la educación y salud públicas; por la legalización del aborto y su realización en los hospitales públicos; por la declaración de la Emergencia Nacional contra la Violencia Machista.
Ni un centavo más
Todo eso solo es posible si dejamos de pagar la Deuda, no alcanza con patear la pelota para adelante, pagando una parte o pagando solo los intereses, en los que igual se van gran parte de los recursos del país. No sería la primera vez que dejamos de pagar, ni seríamos el único país que no lo hace (ver páginas centrales).
Los cientos de miles que nos movilizamos ante la visita del FMI en distintas acciones, debemos seguir movilizándonos, pero no para apoyar a Alberto como planteaba la más masiva de esas movilizaciones, sino avanzar con medidas de acción directa con los socios del FMI en el país como lo son los bancos, los sojeros y las multinacionales. A ellos también debemos afectar y a obligar que no se dé ni un centavo ni al Fondo, ni a los buitres, ni a ningún acreedor, mientras siga habiendo necesidades en el pueblo trabajador.
Los socialistas del PSTU consideramos que la lucha contra el imperialismo capitalista es tarea internacional por eso debemos coordinar con los pueblos hermanos que sufren las políticas de saqueo y opresión, debemos ir en el camino del pueblo chileno insurrecto para que Latinoamérica sea la tumba del FMI y el neoliberalismo.