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Por el derecho a la vivienda, contra la precarización y superexplotación

Si la precarización laboral es un problema para los trabajadores en general, para los jóvenes es el problema principal: 6 de cada diez trabajadores jóvenes sufren alguna modalidad de precariedad laboral. El 40% trabaja en negro, y si bien esta modalidad se ve en todos los sectores tiene como centro la construcción, los talleres textiles, el campo, el trabajo doméstico, fábricas pequeñas y el sector de servicios. Son trabajos sin ninguna garantía legal, obra social, ni estabilidad. 

Por supuesto, esta situación inhabilita la posibilidad de alquilar, ya que piden ingresos comprobables, y mucho más de acceder a un crédito para la vivienda, así el hacinamiento en la casa de los padres es cada vez más moneda corriente. El 74% de los jóvenes de entre 18 y 35 años aun viven con sus padres.
Los que tienen la suerte de agarrar un trabajo con algo mas de estabilidad, seguramente entren por agencia, y con la promesa de algún día quedar, se ven obligados a hacer cuantas horas el patrón proponga: las jornadas 12hs son moneda corriente y, pareciera que hay que agradecer si las últimas 4 las pagan como extras. Asi el trabajo se lleva todo nuestro tiempo y esa super- explotación a la larga se paga con salud: física y mental, se incrementa en un 40% la posibilidad de tener depresión y ansiedad.
Si el gobierno realmente quisiera combatir la exclusión de los jóvenes y fomentar su desarrollo lo primero que debería hacer es lo que proponemos desde la izquierda: terminar de forma inmediata con la precarización laboral, con el trabajo en negro y las agencias laborales, garantizar la estabilidad laboral a todos los trabajadores; permitir el acceso real de los jóvenes a una vivienda digna; prohibir las jornadas mayores a las 12 hs, obligando a las empresas a contratar más empleados.