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POR UNA EDUCACIÓN AL SERVICIO DEL PUEBLO TRABAJADOR

En números anteriores hemos publicado una serie de artículos sobre la historia de la educación en Argentina. En esta serie, desarrollamos y concluimos que las modificaciones en el modelo educativo siempre respondieron a cambios en el modelo económico de país que se estaba llevando adelante. Que son las necesidades de la producción y la economía las que definen qué y para qué se estudia.  

 

La última semana de septiembre se dieron varias tomas de colegios en la Ciudad de Buenos Aires (CABA), en las que se cuestionó, entre otras cosas, el régimen de las Actividades de Aproximación (ACAP). Este consiste en pasantías que deben realizar los estudiantes secundarios en su último año en empresas privadas, sin percibir ningún tipo de salario (ver nota en esta misma sección).

Esto también responde a un modelo de país. Actualmente nuestra economía se basa en la explotación agrícola, petrolera y minera. El campo produce soja, para exportar o para alimentar al ganado, que mayormente se destina a la exportación. La minería y el petróleo se llevan nuestros recursos naturales casi gratuitamente. 

Ya no contamos con una gran cantidad de industrias, más allá de algunas grandes multinacionales y un gran número de PyMEs a su alrededor. Por lo tanto, tampoco es necesaria mucha mano de obra calificada. Lo que sí necesitan son trabajadores dóciles que acepten las precarias condiciones de trabajo que se están imponiendo en nuestro país.

En cuanto al desarrollo científico, las empresas privadas invierten en la investigación para garantizar que ésta se haga en función de sus intereses. Se investiga cómo mejorar las ganancias de las empresas. Grandes proyectos como la vacuna argentina contra el COVID-19 no sabemos en qué estado se encuentran. Otras investigaciones, incluso hechas con fondos públicos, son patentadas por organismos extranjeros.

Se mercantiliza la educación. Quien quiere acceder a la universidad se encuentra con cada vez más trabas económicas. Los planes de estudio son vaciados y sus contenidos trasladados a posgrados arancelados.

Al modelo actual de una Argentina saqueada por el imperialismo y las multinacionales, se corresponde un modelo educativo en el que nos son arrancados el derecho a la educación de calidad, y toda la investigación se pone al servicio de la ganancia empresarial. A esto lo denominamos como “saqueo del conocimiento”.

 

¿Qué modelo educativo necesitamos?

 

Para responder a esta pregunta deberíamos primero preguntarnos qué modelo de país queremos ¿Estamos de acuerdo en seguir siendo un país que produce alimentos para 10 veces su población, pero donde una niña de once años muere de hambre en el distrito más rico? ¿O un país cuya producción de petróleo aumenta mes a mes y sin embargo el precio del combustible no deja de subir? ¿Un país que es el segundo en el mundo en reservas de litio, pero que se lo están llevando en su mayoría empresas extranjeras?

A lo que apostamos es a un país realmente independiente, que se apropie de los recursos que tiene a su disposición y que a partir de ellos desarrolle, no sólo industria liviana, sino una industria pesada fuerte. Y que a partir de esto se relacione fraternalmente con otros países de la región y del mundo.

Todo sostenido en base al control de la producción por parte de los trabajadores. Que se produzca lo que necesita la población para vivir dignamente.

En este sentido, podemos proponer algunos puntos sobre los cuales construir el modelo educativo que deseamos:

 

  • Queremos un sistema educativo estatal, laico y gratuito. Que sea de acceso universal, sin importar sexo, identidad, nacionalidad, religión, etc. y esto sea garantizado con políticas públicas. Estamos en contra también del financiamiento estatal a la educación privada. Rechazamos todas las leyes educativas del FMI, el Banco Mundial y otros similares, como la Ley de Educación Superior (LES) o la Ley de Educación Nacional (LEN).
  • Este sistema educativo debe ser financiado en base al No Pago de la Deuda Externa, al control del Estado sobre nuestros propios recursos naturales, a  impuestos a las grandes fortunas, a la especulación inmobiliaria, etc. Con esos fondos construir nuevas escuelas y universidades, reformar las ya existentes con todo lo necesario, ampliar el plantel docente, otorgar becas, etc.
  • Para poder hacer efectivo el control obrero de la economía es necesario que la educación nos forme para eso. No queremos aprender solamente a poner un tornillo dentro de una línea de producción sino que queremos entender de conjunto el proceso productivo. Los planes de estudio deben desarrollarse con este objetivo
  • No a las patentes ni a la propiedad intelectual. Que los trabajadores y el pueblo se adueñen de la investigación científica para ponerla al servicio de resolver sus problemas y mejorar sus condiciones de vida. El conocimiento no debe ser una mercancía, sino patrimonio de la humanidad.
  • No queremos una escuela que adoctrine y discipline a les estudiantes. Estamos por la libertad de ideas, por el aprendizaje por medio del debate. Impulsamos la existencia de Centros de Estudiantes independientes de las autoridades. A su vez estamos por el cogobierno de las instituciones educativas, con mayoría estudiantil. Ninguna intimidación ni amedrentamiento de parte de profesores, directivos, o del Estado.