La desaparición de los 43 jóvenes normalistas en Ayotzinapa y la inmensa movilización popular en todo México, en repudio a esta masacre y a sus gobiernos corruptos, conmueve al resto de la humanidad y coloca nuevamente a ese país en el centro de la atención internacional.
México es un país con graves problemas sociales: uno de los más desiguales de Latinoamérica, con una gran tasa de desempleo, analfabetismo e infectado por verdaderas mafias del narcotráfico que son parte de los gobierno o trabajan a su servicio. Hoy, el contexto de crisis mundial y ajuste tiende a empeorar su condición y dejarlo en franco deterioro. Ante esta situación el gobierno de Peña Nieto y el PRI responden con más ajuste y una política al servicio del imperialismo. Pero los trabajadores, los estudiantes y otros sectores populares también responden enfrentando al gobierno y su política, generando procesos de organización y lucha: huelgas de meses de maestros y movilizaciones en contra de la privatización de PeMex, entre otras, las cuales ponen en jaque la política de ajuste y saqueo del gobierno.
“Guerra sucia” al servicio del ajuste
En este marco de cuestionamiento, el gobierno profundiza los instrumentos de represión y persecución para frenar a las multitudes que lo enfrentan. Por eso, la desaparición, de los 43 normalistas de Ayotzinapa se inserta en este intento de limpieza social que se ha embarcado el régimen de Peña Nieto y sus lacayos para criminalizar y amedrentar la protesta y las movilizaciones de trabajadores particularmente contra los procesos de autorganización y autodefensa. No se trata de un hecho aislado, sino de un crecimiento de la represión a nivel general, recientemente surgió la denuncia de otros 31 estudiantes desaparecidos bajo situaciones similares. Se estima que en las últimas décadas ha provocado decenas de miles de muertos y treinta mil desaparecidos, a través de ejecuciones extrajudiciales, grupos paramilitares, torturas y masacres.
Los métodos que utiliza el Estado mexicano para realizar esta masacre son claros: la tercerización de la violencia, dejando a cargo de la desaparición a grupos narcotraficantes y paramilitares, como “Guerreros Unidos”, en un intento por lavarse las manos. En consecuencia esto demuestra el entrelazamiento criminal del gobierno con los narcos.
Pero, la tercerización de la violencia no es de uso exclusivo del gobierno mexicano, métodos similares utilizan los gobiernos de Latinoamérica cuando hay que reprimir la protesta social: en Colombia los paramilitares que asesinan activistas y sindicalistas luchadores, el Chile los ataques de grupos armados a las poblaciones mapuches. En la Argentina, lo vemos en la patota de Pedraza que mató a Mariano Ferreyra, en los asesinatos del parque Indoamericano realizados por la “barra de Huracán”, en el asesinato de Cristian Ferreyra, etc.
Solidaridad internacional para que paguen los responsables
Por esta razón, desde el PSTU parte de la Liga Internacional de los Trabajadores, Cuarta Internacional (LIT-CI) entendemos que debemos multiplicar la solidaridad con los estudiantes y trabajadores mexicanos, porque no es un caso aislado ni sólo de México, sino que nos afecta al conjunto de los pueblos de América Latina. Sólo con la movilización y el apoyo internacional de todos los trabajadores, podremos derrotar estas políticas represivas y que paguen todos los responsables, empezando por el gobierno de Peña Nieto.
¡Fuera Peña Nieto!
¡Esclarecimiento total de la masacre de Ayotzinapa!
¡Que paguen todos los responsables, políticos y policiales!
¡Basta de asesinatos y desapariciones de luchadores en México y en toda América Latina!
Lunes 1° de Diciembre, concentramos 18 hs en Av. Cabildo y José Hernández para marchar a la embajada de Mexico.
El Viraje! corriente estudiantil
PSTU en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores