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¿Quién gana y quién pierde con la crisis?

Desde hace más de tres años la situación económica no ha dejado de empeorar en los países más grandes de América del Sur. Y en los últimos doce meses esto se ha traducido en caída de las exportaciones, en suspensiones y despidos en la industria y la construcción, caída del consumo. Una consecuencia de la colosal crisis capitalista mundial.

Crisis capitalista: un “ébola” económico que se expande

No somos los únicos que estamos sufriendo las crecientes calamidades de la crisis capitalista. Europa occidental está entrando en su tercera recesión en seis años. Ni siquiera la poderosa Alemania se salva, a pesar de haber superado a China como el país con el mayor superávit comercial del mundo1. Por otra parte, en Japón ha vuelto el estancamiento. Y en China mismo el crecimiento ha caído -de un promedio del 10% anual durante casi 30 años, con picos de casi el 15%, a alrededor del 7,5% ahora- a la par de la gran baja de sus exportaciones.
La desaceleración del crecimiento chino significa una reducción de su gigantesca demanda de materias primas con la consecuente caída de los precios de las mismas en el mercado mundial. Este efecto se ve acentuado por la retirada de fondos de inversores que, cuando la demanda china estaba en alza, compraban partidas de materias primas para especular con sus precios. La retirada de esos fondos especulativos ahora también hace caer los precios de los commodities.  Todo esto se traduce en fuertes caídas de las exportaciones y del ingreso de divisas para los países latinoamericanos, africanos y asiáticos productores de esos commodities.
También hay una significativa caída de la inversión en la mayoría de los países de altos ingresos en los últimos años. En la Unión Europea, la baja fue del 24% del PBI en 1990 a 18,1% en 2013. Los sectores públicos europeos están en una verdadera “huelga de inversión” y los gobiernos reducen la inversión pública en nombre del presupuesto equilibrado2. En forma similar a Europa, en Estados Unidos el gasto en inversión declinó del 23,6 % del PBI en 1990 a 19,3 % en 20133.

La economía yanqui en ascenso

Pero luego de un primer trimestre malo, entre abril y septiembre últimos, la economía de la primera potencia creció a un ritmo de más del 3%, mientras cae el desempleo y aumenta el consumo. Y muchos economistas aseguran que ese crecimiento puede extenderse al menos hasta el final del año que viene. ¿Qué es lo que pasa entonces?
Por un lado, en los últimos cinco años el desarrollo de la tecnología conocida como “fracking”, para la explotación de gas y petróleo contenida en esquistos bituminosos o “shale”, como se lo conoce en inglés (la misma tecnología que se aplicaría en Vaca Muerta en la Argentina), permitió a Estados Unidos aumentar enormemente su propia producción de combustibles, reducir su dependencia de las importaciones y bajar sus costos energéticos. Hasta se dio el lujo de retomar la exportación de petróleo después de cuatro décadas con el envío de un buque cisterna a Corea4.
Tan grande es el aumento de la producción en Estados Unidos que está afectando el precio mundial del petróleo: en el último año cayó de más de US$ 100 el barril a menos de US$ 80 y los pronósticos indican que seguirá cayendo.
Estados Unidos está viviendo un boom de su industria petrolera, como no conocía desde la primera mitad del siglo XX. Para la industria, el transporte y todos los servicios eléctricos y de comunicaciones, esto significa una fuerte baja de la cuenta de la electricidad y un aumento muy importante de sus ganancias.
El nuevo boom del petróleo y el gas no es la única explicación de que la economía yanqui crezca, mientras el resto del mundo se hunde en la recesión o reduce su crecimiento. Todavía más importante es un inmenso flujo de capitales que han abandonado las inversiones de todo tipo en otros países y en compras especulativas y se dirigen hacia los bonos que emite el Tesoro de Estados Unidos, hacia la bolsa de Nueva York y hacia otras “inversiones” especulativas en EE.UU, luego de que la FED (Reserva Federal) anunciara que comenzará a aumentar las tasas de interés.
Esa bonanza yanqui es directamente causa de la desgracia ajena. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos y las acciones de las grandes multinacionales norteamericanas -como Google, Apple y compañía- aparecen como el refugio más seguro para los especuladores capitalistas que huyen del resto del mundo, asustados del agravamiento de la crisis y la baja de sus tasas de ganancias.
A su vez, el gobierno de Obama, al mismo tiempo que reducía el gasto del estado en la mayoría de los sectores públicos, despidiendo masivamente personal y paralizando obras públicas, concentró el estímulo a la industria con grandes inversiones en el sector más parasitario de la economía, sosteniendo un fuerte gasto en la industria militar (que pasó del 3,8% del PBI en 2013 a 3,9% este año).
Así, el nuevo boom petrolero y del gas, el flujo de capitales especulativos de todo el planeta y la industria militar aparecen como tres de los principales puntales que sostienen el actual crecimiento yanqui.

Recuperación de los grandes bancos…

Junto con el crecimiento de EE.UU. y la caída de las demás economías, hay otro gran fenómeno mundial: luego de la gran crisis iniciada en el año 2008, en la que quebraron o estuvieron al borde de hacerlo muchos de los más grandes bancos del mundo, estos dan indicios de haberse recuperado.
Los grandes bancos y fondos buitres de todo el mundo imperialista han redoblado la presión para el cobro de las deudas públicas de los países y, esto, combinado con los subsidios de los distintos gobiernos, es lo que habría permitido su recuperación.
El diario The New York Times titulaba el 16 de octubre pasado: “Solo 13 bancos no logran superar la prueba de resistencia del Banco Central Europeo en lo que es un posible punto de viraje económico”. Y la nota decía “El grueso de los mayores bancos europeos podrían sobrevivir una crisis financiera o una caída económica severa, dijo el Banco Central Europeo el domingo, concluyendo una auditoría de un año de entidades de crédito de la eurozona, lo que es un punto de viraje potencial para la golpeada economía de la región (…) Ninguno de los principales bancos europeos falló en la prueba del banco central”.
Al mismo tiempo, la nota del NYT compara este resultado con la situación de la banca en Estados Unidos: “El estudio [del Banco Central Europeo] buscaba hacer un análisis frío de los bancos europeos similar al que los entes reguladores de Estados Unidos hicieron de las cuentas de los entes de crédito estadounidenses hace varios años, luego de la crisis financiera. Los expertos dicen que los entes reguladores estadounidenses, al forzar a los bancos deficientes a reunir más dinero para protegerse contra riesgos, ayudaron al sistema financiero y la economía de Estados Unidos a recuperarse mucho más rápido de lo que pudo hacerlo la economía europea”.

… a costa de hundir cada vez más a los pueblos del mundo

Como hemos dicho, tanto el crecimiento de la economía yanqui como la recuperación de los grandes bancos tiene como uno de sus factores fundamentales el aumento de la presión por el cobro de las deudas públicas de todos los países.
Los fallos de la justicia norteamericana en favor de los fondos buitre contra la Argentina son un buen ejemplo de esa presión. Y la respuesta -con topes de aumentos salariales por debajo de la inflación, despidos y suspensiones, etc.- muestra cómo el Gobierno y las patronales argentinas traducen esa presión en más explotación y miseria para los trabajadores y el pueblo para pagar la deuda fraudulenta a los usureros.
Pero esa política no sólo se da en los países dominados por el imperialismo: en los países imperialistas, mientras enormes sumas van al pago de la deuda pública y los subsidios a la banca, la mayoría de los trabajadores sigue con sus salarios congelados y concentrados en los sectores de servicios, con alta desocupación.
Incluso en Estados Unidos con su actual crecimiento, mientras aumentan las ganancias de la banca y las multinacionales, el empleo y el ingreso de los trabajadores siguen estancados. Y sigue creciendo la brecha entre lo que ganan los inversores y los altos ejecutivos y los sueldos de los trabajadores. Hasta el punto de que el ingreso promedio de los CEO (principal ejecutivo) de las empresas es ahora 354 veces el salario promedio de los trabajadores no calificados.
A esto hay que agregar que mientras los salarios de los trabajadores se mantienen estancados, crece la tasa de productividad -por medio de la flexibilidad, la multiplicidad de tareas, el aumento de los ritmos de trabajo, aumento de la producción sin aumento del personal  y otras vías- lo que en realidad refleja un aumento de la explotación. Y esto es de tal magnitud que hay que anotarlo como factor fundamental del actual crecimiento de la economía yanqui, a la par de la producción petrolera, la industria armamentista y el flujo de capitales especulativos hacia EE.UU.
Los datos sobre deuda pública, empleo, ingresos y productividad de los trabajadores que damos en esta página son la prueba de esta situación.
Todo esto muestra que la recuperación de EE.UU. y los grandes bancos y fondos buitres se da a costa de la creciente miseria y explotación de los trabajadores y los pueblos de todo el mundo.

Notas:
1 2 3 Landon Thomas Jr., correponsal financiero de The New York Times – 12-10-2014
4 Klifford Krauss, correponsal de The New York Times especialista en energía – 07-10-2014

 

Datos y cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)

Desempleo e ingresos

El número de desempleados a nivel mundial aumentó en 5 millones en 2013 y alcanzó los 202 millones, lo cual representa una tasa de desempleo mundial de 6 por ciento.
> Unas 74,5 millones de personas entre 15 y 24 años están desempleadas. Esto representa una tasa de desempleo juvenil de 13,1 por ciento.
> Alrededor de 839 millones de trabajadores vivían con sus familias con menos de 2 dólares diarios en 2013.
> Unos 375 millones de trabajadores vivían con sus familias con menos de 1,25 dólares diarios en 2013.

Eurozona

Un artículo del escritor Jack Rasmus publicado en la página de internet de Telesur el 21 de octubre pasado resumía la situación del empleo en la eurozona: “Tal vez el mejor indicador de la profunda debilidad de la economía de la Eurozona hoy, es su mercado laboral. En la región, en su conjunto, el desempleo se ha mantenido constantemente en el 11 % -12 % durante más de cinco años. En Italia es más del 12 %, Francia 10,5 %, y en España todavía casi un 25 %. Pero el panorama es aún peor de lo que estas estadísticas generales de empleo a menudo reportan. Tasas de desempleo juvenil en Italia y en España, por ejemplo, son un 45% más. Y esos jóvenes que han sido capaces de obtener un trabajo están limitados a trabajar a tiempo parcial o trabajos temporales. En Francia el porcentaje de los jóvenes en edad de 15-24 años que trabajan como trabajadores temporales ha aumentado a un 59 %. En Alemania es el 52%, Italia 54 %, y en España un increíble 65 % sólo puede encontrar trabajo temporal, eso si encuentran trabajo. Y no se trata sólo de trabajadores jóvenes de 15-24. En Italia, el 70 % de todos los nuevos empleados han sido trabajadores temporales. Temporales significa salarios más bajos, menos beneficios, menos seguridad en el empleo, y los “derechos” del empleador a despedir a voluntad. El alto nivel de desempleo crónico y la gran cantidad de trabajos temporales con bajos salarios se traduce en compresión de los salarios en general, con pocas excepciones, para el resto de la clase trabajadora de la Eurozona”. (Fuente: www.ilo.org)

19 de noviembre de 2014