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¿Romper con el imperialismo sin romper con la burguesía?

El 26 de Julio se lanzó “Patria Grande”, la presentación en sociedad de la unión de la corriente estudiantil La Mella (Marea Popular) y el Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, además de otros pequeños grupos.

 

De dónde vienes y a dónde vas

No mucho tiempo atrás, allá por Junio del 2013, Marea Popular, con Itaí Hagman a la cabeza unía lazos con Claudio Lozano, diputado por el FAP desde el 2011. La alianza denominada “Camino Popular” llamaba a los jóvenes a “caminar distinto”. En los hechos, un armado conveniente para una agrupación que venía de ser filo-kirchnerista, como La Mella, y un personaje como Lozano que votó la reforma del impuesto a las ganancias con el kirchnerismo y ocupa un cargo ganado de la mano de Binner. La intentona oportunista de meter un cargo en CABA fracasó y nada más se supo del flamante frente.
La Mella, que aún co-dirige la Federación Universitaria de Buenos Aires, es conocida por su posición acrítica frente al Gobierno Nacional en nombre del “combate a la derecha”. Así en facultades como Filosofía y Letras, dejaron pasar el ajuste de más de 1000 becas de apuntes y permitieron que la histórica lucha por el edificio se cajoneara in-eternum.
Con actores así, la “Patria Grande” se reduce al patio trasero de un kirchnerismo en ruinas, que buscan ocupar sin hacer ruido y silbando bajito.

¿Cambió el kirchnerismo?

En su manifiesto fundacional y su declaración “Es tiempo de unidad” dicen que el gran problema es que el kirchnerismo cambió el año pasado (¿?) y ya no pueden simplemente festejar lo bueno y nada más. El “giro” del Gobierno estaría en que: “Luego de probar con algunas medidas “heterodoxas”, no siempre bien aplicadas, como el control cambiario y la estatización parcial de YPF, desde el 2013 el gobierno optó por la vía “ortodoxa”.
Interesante ¿Qué dicen de la entrega en 2007 de Cerro Dragón a PAE hasta el 2047, el incremento de la deuda externa desde el 2003 (de u$s140.000 mill a u$s240.000 mill), el vaciamiento del ANSES, la privatización y destrucción educativa a manos de la LES, el 35% de trabajadores en negro? ¿Esto no pasó o fue producto de los planes maquiavélicos de la derecha, ante un kirchnerismo confundido? Menuda confusión para un Gobierno que asumió de la mano de Duhalde, gobierna con un vice procesado por corrupción, banca a burócratas como Pedraza y pone a Milani al frente del ejército.
Interesante además que “Patria Grande” no incluya en sus análisis la irrupción de la izquierda en la realidad nacional, apoyada por más de un millón de votos en las elecciones y por cientos de trabajadores y estudiantes en cada disputa política y sindical. Su rol en el paro del 10 de Abril, el apoyo a las luchas en curso y su peso creciente en todo el país. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Socialismo de los trabajadores o socialismo de cartón

“Patria Grande” concluye su presentación marcando al Socialismo del Siglo XXI como el “horizonte de todas las luchas”. Sería el modelo de Evo Morales que acaba de sancionar una ley que permite el trabajo infantil desde los 10 años y que reprimió las movilizaciones de los pueblos originarios en pos del modelo extractivista. El modelo de Chávez, que con un discurso encendido entregó la economía venezolana a los pulpos petroleros y alimentó la “boliburguesía”, mientras perseguía y reprimía a trabajadores y activistas. El modelo de Fidel, que tras una gloriosa revolución popular se atornilló al poder y terminó restaurando el capitalismo en CUBA. Quizás aún peor, sería el modelo de Gadafi y Assad, los “socialistas árabes” que perpetran matanzas indiscriminadas sobre la población tras décadas de dictaduras.
La bandera de la “Patria Grande” entusiasma a muchos con la idea de la liberación del yugo imperialista. No es para menos, siglos de dominación condenan nuestro futuro. Para nosotros, la juventud del PSTU, no habrá “PATRIA GRANDE” sin una revolución para imponer una “Patria Grande de los Trabajadores”. No hay salida para las semicolonias como nuestro país y el conjunto de naciones oprimidas, que no sea enfrentar al imperialismo y a sus gobiernos lacayos, se digan de izquierda o derecha. No hay futuro para los millones de trabajadores, marginados y oprimidos que no venga de la mano de la lucha independiente de la clase trabajadora contra toda explotación y no solo contra la de los “patrones malos”.
Si queremos conquistar la segunda y definitiva independencia, nuestros referentes no pueden ser generales del ejército burgués, ni abogados, ni administradores del Estado capitalista. Al igual que la primera, la segunda independencia será producto de una gran lucha latinoamericana, pero esta vez los patriotas deberán salir de las filas de la clase obrera.
No se trata de “superar” al kichnerismo, sino de derrotarlo, así como a toda variante burguesa nacional y latinoamericana. Por eso no hay atajos, para encabezar esa gran gesta es necesario construir un partido obrero, revolucionario e internacionalista. Porque a diferencia de lo que creen los compañeros de “Patria Grande”, no hay salidas intermedias. Revolución socialista o colonia, esa y no otra es la disyuntiva planteada.