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TENEMOS QUE FRENARLOS CON LA LUCHA

Entre crisis económica y pandemia, así seguimos en Argentina y el mundo. Las contradicciones se acumulan y, a pesar de los intentos de contener, muchos exitosos por ahora, en una perspectiva de mediano o largo plazo, que la olla a presión que se está gestando salte, parece ser inevitable. Eso lo saben muy bien los empresarios y partidos patronales, y es un centro de sus preocupaciones y disputas.

Las “fiebre del dólar “no tiene nada de novedoso, en un país en el que, sea cual sea el discurso del gobierno de turno, lo que siempre aumenta es la dependencia al capital extranjero (ver página 9). Y una vez más a quién más afectará esta devaluación encubierta es a los que no ven un dólar ni en fotos, que la pagarán con más hambre y miseria (ver página 4).

Para el pueblo trabajador el panorama es de terror. Al aumento del virus y el inicio de colapso sanitario en varias ciudades (ver página 3), se suma la situación económica: la desocupación creció en un 2, 5% en el segundo trimestre del año, llegando al 13, 1%. Las más afectadas son las mujeres de hasta 30 años, entre el  23,6% al 28,5%, la pobreza llegaría al 50% para fin de año y en la actualidad ya más de la mitad de los niños no comen bien, la inflación anual según todas las consultoras estará arriba del 40%, y siguen los números aterradores.

 El presupuesto 2021 presentado por el Gobierno Nacional en el Congreso, no da una perspectiva mejor para el pueblo trabajador en el año que vendrá, sino al contrario (ver página 6).

El reparto de la torta

Como no podía ser de otra manera, en la medida que se achica la torta las peleas entre los de arriba se agudizan, por cómo repartirla. Es así que las disputas entre oficialismo y oposición, muchas veces exageradas para la “tribuna” y las denuncias ante la Corte Suprema, forman parte de la agenda política cotidiana.

Las diferencias existen, son parte de la realidad. Hay sectores empresariales a los que más representa cada sector político y por lo tanto la pelea por quién pone un poco de lo mucho que tiene es real. Esto no quiere decir que esas diferencias sean entre posturas opuestas por el vértice como nos quieren hacer creer con el famoso tema de “la grieta”. Aunque puedan diferir en la forma de aplicación, en las bases del modelo acuerdan: la continuidad del pago de la fraudulenta Deuda Pública y, por lo tanto, la dependencia del imperialismo, el priorizar la economía capitalista aún por sobre la salud (vale para muestra la política de todos los gobiernos frente a la pandemia), en sostener un sistema económico y social cuya base de existencia es la ganancia de unos pocos, cada vez menos, y la miseria para la inmensa mayoría, para cada vez más.

 Aun las voces disonantes que se escuchan en la propia alianza gobernante, en la que un sector se muestra como un ala “más dura” con los empresarios y más defensor de los sectores populares, no cuestionan ninguno de los pilares del sistema ni proponen cambios de fondo en favor del pueblo trabajador. Se limitan a proponer medidas mínimas, sin ni siquiera pelear por su aplicación. Para ejemplo vale el limitadísimo y famoso Impuesto a la Riqueza impulsado por Máximo Kirchner y Carlos Heller, con el que amagan desde abril, que fue recién presentado el 28 de agosto y ya están viendo modificaciones para afectar aun a menos ricos que en la propuesta inicial.

Otro ejemplo significativo es en relación a la represión a los enfermeros por parte de la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Larreta mandó a reprimir a los héroes de la primera línea y los sindicatos opositores en la Ciudad (oficialistas del Gobierno Nacional) no hicieron una sola medida para repudiar ese accionar nefasto.

Lo testimonial

En este panorama es la oposición patronal quien con su discurso anticuarentena y liberal protagoniza las acciones callejeras que más retienen la atención mediática. Aún con tintes ridículos y con un discurso negacionista del virus, la llamada derecha parece tener la iniciativa.

Lamentablemente los partidos más grandes de la izquierda (FITU, Nuevo MAS, etc.) están muy lejos de estar a la altura de las circunstancias, y se limitan hacer acciones testimoniales para marcar posición, sin impulsar una verdadera organización por abajo en los lugares en que dirige o tiene peso. Acciones testimoniales y presentaciones de proyectos de ley, dos caras de una misma moneda, que deja sin alternativa real a los trabajadores y trabajadoras que quieran pelear.

Entre la decepción y la bronca

Entre el pueblo trabaJador, cuya mayoría votó al Frente de Todos, la ilusión de que con el nuevo gobierno la situación iba a mejorar ya es difícil de sostener, aunque aún no hay una ruptura masiva con el Gobierno, la decepción y el desánimo empiezan a aparecer.

Aun así, a pesar de las trabas de las direcciones sindicales y sociales, la bronca del pueblo trabajador tiene expresiones, aunque en forma dispersa y en un grado muy inferior a la magnitud de los ataques. El problema salarial se torna de primer orden para los/as ocupados/as, ya que en lo que va del 2020 solo un 19% de los gremios firmaron paritarias en cuotas y a la baja, en el marco de un salario real que hace 3 años decrece.

En algunos lugares, principalmente en estatales del interior del país, esa bronca se expresó en pelea: los estatales de Chubut siguen con medidas por los salarios adeudados y el Ministro de Salud tuvo que renunciar frente al reclamo de los trabajadores y trabajadoras del sector (ver página 11), la docencia de Misiones, municipales de Chaco y Formosa, los de Salud de todo el país que en el día del trabajador y trabajadora de la Sanidad hicieron sentir sus urgentes reclamos en todo el país. En el sector privado, por ejemplo, los y las trabajadores y trabajadoras del sector petrolero que empezaron a presionar por abajo frente a la trabada paritaria.

Guernica: caso testigo

La toma de terrenos de Guernica condensa muchos de los elementos de la situación y se transformó en una lucha testigo, aunque hay decenas de situaciones similares en todo el país. Frente a la agudización de la miseria y el aumento del desempleo, lo que imposibilita el acceso a la vivienda, 2500 familias tomaron el problema en sus manos y se hicieron de la tierra, aun en condiciones muy difíciles, para no tener que vivir en la calle. La respuesta de todo el arco político patronal es la misma, es un delito, no se puede permitir, y aunque ahora el gobierno de la Provincia de Buenos Aires se juega a una salida consensuada, la decisión judicial del desalojo es un hecho. 2500 familias pueden ser arrojadas a los palos a la calle en los próximos días, mientras no hay ni una sola medida de los movimientos sociales mayoritarios que dijeron apoyar la toma, la UTEP de Juan Grabois, entre otros.

Para apoyar realmente la toma de Guernica no alcanza con declaraciones. No se puede depositar ninguna confianza en la negociación con el Gobierno ni las salidas de relocalización que ahora proponen, es necesario que las familias puedan ya mismo empezar a construir sobre la tierra y organizar la autodefensa, no solo generando el apoyo y la solidaridad con la toma, sino organizando la defensa de la misma con el cuerpo si se ejecuta el desalojo. Todas las organizaciones que apoyamos la toma debemos ponernos a disposición de esas tareas.

 El problema de la vivienda es brutal y se agrava con la crisis, es necesario proponer y pelear por salidas de fondo, que parta de planes de vivienda y obras públicas, expropiación de la vivienda ociosa, y demás medidas (ver página 5).

Apoyar y coordinar las luchas

Las luchas por aumentos salariales, de jubilaciones y de todos los subsidios, por el derecho a la vivienda, contra los despidos y por trabajo genuino, por frenar el colapso del Sistema de Salud, por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito para que cientos de mujeres dejen de morirse en la clandestinidad (ver páginas 7 y 8), etc., son muchas luchas y son una: la pelea por no resignarnos a la vida de hambre y miseria que nos están imponiendo con la “nueva normalidad”, que es como la vieja pero con barbijo y más ajuste. 

Si no salimos a pelear, como quieren el conjunto de las dirigencias sindicales, sociales y del movimiento de mujeres todos garantes del Pacto Social, nos siguen pegando mazazos. Y si peleamos, pero por separado, tendremos muy pocas posibilidades de ganar. Apoyar y coordinar las luchas, ya sea organizándonos por abajo u obligando a los que las encabezan a hacerlo, es hoy una necesidad

No podemos esperar a que esas mismas direcciones hagan algo por si solos, porque está más que visto que no lo harán. Solo podremos frenar los ataques con lucha, y esa lucha hay que organizarla desde abajo, mediante comités, comisiones o de la forma que en cada sector se pueda. Para obligar a los dirigentes a encabezarla o pasarlos por encima, y al calor de esa pelea ir forjando la nueva dirección que el pueblo trabajador necesita.

SUMATE AL PSTU

Desde el PSTU estamos convencidos de que en una crisis de magnitudes históricas como en la que estamos no hay lugar para medias tintas. Que mientras damos las peleas para frenar los ataques, los trabajadores y trabajadoras tenemos que ir construyendo las herramientas que nos permitan cambiar de raíz este sistema que nos explota y oprime. Romper las cadenas que nos atan al imperialismo con una Revolución y una Segunda y Definitiva Independencia e imponer un gobierno obrero y popular que, en camino al socialismo, organice la sociedad  en función de las necesidades de la mayoría de la población y no de la ganancia capitalista.

 Sabemos que es una tarea enorme, pero fundamental para cambiar de verdad nuestras condiciones de vida y las de las futuras generaciones. Al servicio de esto construimos nuestro partido y te invitamos a hacer este camino con nosotros.