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TRABAJADORES POBRES, LEGISLADORES RICOS

En este mes de junio los 257 diputados  y 72 senadores nacionales recibieron un aumento del 40% en sus dietas (el sueldo de un legislador que paga el Estado) al estar “enganchados” al salario de los trabajadores del Congreso, incremento acordado con sus autoridades legislativas. Numerosas críticas de muchos sectores sociales y políticos cuestionaron este aumento que llevaría el ingreso de un legislador a más de $330.000.- en un momento de profunda crisis económica profundizada por la pandemia con la pobreza llegando a casi el 50% de la población.

La diputada y economista Fernanda Vallejos, del Frente de Todos, vertiente kirchnerista, salió a defender y justificar este  privilegio por ser representativa de la voluntad popular. Algo que no sorprende en los agentes de las clases sociales patronales, ya sean capitalistas liberales o populistas, para quienes lo más importante es mantener en manos de sus dueños las fábricas, los bancos, las tierras y sus cuantiosas ganancias, a costa de la explotación de los trabajadores. ¿A quiénes defiende Fernanda Vallejos con esas declaraciones?

El aumento a los empleados del Congreso fue acordado entre sus autoridades, Sergio Massa, por la Cámara de Diputados y Cristina Kirchner por la de Senadores, y la burocracia sindical de la Asociación del Personal de la Legislatura (APL), de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). El incremento del 40% será en cuatro cuotas de julio a octubre de este año, superior a la inflación del 29%  pronosticada por el Gobierno.

Con este aumento un diputado pasará a tener un sueldo bruto de $334.360.- cobrando neto por descuento unos $277.000.- Además de este salario perciben adicionales que aumentan sus ingresos:

  • Una suma adicional por gastos de representación.
  • Un monto específico para gastar en pasajes(20 aéreos y 20 terrestres de un tramo determinado) que, si no lo usan, pueden recibir en efectivo.
  • Si un congresista vive a más de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires percibe un plus por «desarraigo»(14,2% del total de su dieta y gastos de representación).
  • La contratación de asesores y ayudantes con salarios que paga el Estado.

En marzo del 2020 cada diputado recibió además un subsidio de $100.000.- aparte de su dieta con el argumento de “evitar la propagación del Coronavirus y ayudar a grupos riesgo”, quedando a criterio de cada legislador qué hacer con el dinero.

La última actualización salarial que tuvieron los diputados fue en noviembre de 2019 y en diciembre de ese año decidieron congelarse el salario por 180 días, a modo de “colaborar” a reducir el déficit del Estado. Lo cierto es que a primera vista los ingresos de un legislador no son realmente escasos si lo comparamos con los salarios de los trabajadores cuyo promedio ronda los $45.000.- mensuales.

La diputada Vallejo: ¿a favor de cobrar como un patrón?

Fernanda Vallejos respondió con mucha fuerza a las variadas críticas  que recibió el aumento en las dietas en plena crisis económica: “Son los salarios (los de los legisladores) más bajos de la región”…..”un  CEO de una empresa no debería ganar más que un representante de la voluntad popular”….. “Los de Juntos por el Cambio no están por esa plata. Ellos son todos ricos y están capturando el Estado para garantizar los verdaderos negocios del poder económico al que responden”.

En algo sí coincidimos con la diputada Vallejos, los legisladores macristas son representantes de los capitalistas más recalcitrantes y explotadores. Pero … “por casa, ¿cómo andamos?”. Dentro del Frente de Todos hay también legisladores que representan a la clase burguesa argentina: José de Mendiguren, empresario textil, Carlos Heller, banquero, Adolfo Rodríguez Saa, millonario de San Luis, Máximo Kirchner, heredero millonario de la familiar Kirchner, José Alperovich, patrón millonario de Tucumán, Silvia Sapag, de la familia neuquina promotora de emprendimientos  mineros y petroleros, y el mismísimo Saúl Menem, senador por La Rioja, recientemente fallecido, dueño de varias empresas provinciales.  Inclusive hay legisladores del Frente de Todos que son de origen sindical, pero al servicio de leyes patronales. Y la lista sigue con legisladores varios no precisamente ligados a los trabajadores empobrecidos de nuestro país, como los de los movimientos sociales de desocupados que adormecen los reclamos de los que representan.

Que ganen salarios como cualquier trabajador ocupado o desocupado

Esta cuestión introduce un debate acerca del Parlamento, cuyos integrantes en su abrumadora mayoría se ponen al servicio de proyectos que generalmente  no benefician a los trabajadores. Es decir, se ponen al servicio de garantizar el funcionamiento de una economía y sistema capitalista que en el fondo permite la explotación de millones de trabajadores, la entrega de recursos naturales a las multinacionales o leyes que garanticen la inversión capitalista con cuantiosas ganancias.

Se muestran en grandes debates para los medios patronales intercambiando justificaciones inverosímiles y hasta agresiones, pero en general a la hora de votar los temas que definen el rumbo del país, levantan la mano todos juntos satisfaciendo las órdenes de los gobiernos de turno, en este caso, de Alberto Fernández, como antes lo hacían los macristas con Macri. Así las leyes para pagar deudas externas fraudulentas e incobrables, aumentos a la baja de jubilados, la entrega de recursos naturales como los mineros, las concesiones petroleras, presupuestos reducidos a medida del FMI para reducir gastos sociales, como salud y educación, leyes como la del aborto atenuadas para no ofender tanto a las iglesias, y muchas otras populistas sin ningún control posterior para su aplicación.

Hay legisladores que se merecen destacarlos como excepción a estos privilegios, como los del Frente de Izquierda de los Trabajadores – Unidad, que de sus dietas usufructúan un salario similar al de un trabajador poniendo a disposición el resto al servicio de las luchas de los trabajadores.

La diputada Vallejos que se reivindica peronista y kirchnerista tiene que definirse: ¿está con el “proyecto nacional y popular” o con la casta política privilegiada y al servicio de los capitalistas? Pretende que un diputado gane más que un  CEO de una gran empresa. La diputada Vallejos y sus colegas legisladores desde junio van a ganar casi 15 jubilaciones mínimas, similar a 13 Salario Mínimo Vital y Móvil.  La diputada Vallejos se defiende justificando que hace una actividad disponible a toda hora, entonces, cuánto debería ganar un obrero de la construcción con tantas horas colgado de un andamio, o un médico/a o enfermero/a agotado sin descanso atendiendo pacientes de Covid-19, o un obrero metalúrgico con horas en un torno u hornos a altas temperaturas, o un docente a cargo de 30 alumnos o más, como ejemplos. Cuestionamos al capitalismo que en sus empresas privadas controladoras de los medios de producción compran capacidades de personas con privilegios y bien remuneradas para sus políticas de sobreexplotación de trabajadores, mayores ganancias y chantajes a los gobiernos de turno con amenazas de despidos por ejemplo.

Desde el PSTU decimos todos lo contrario, un legislador que dice defender a los trabajadores debe ganar  como un docente con cierta antigüedad o un obrero calificado, con un salario de $80.000.- como mínimo. Salario que todo trabajador debería percibir considerando que el nivel de pobreza ronda los $65.000.- ( y en constante aumento debido a la inflación) y cuando más del 45% de la población es pobre.

La diputada Vallejos del Frente de Todos, argumenta que los sueldos de los legisladores argentinos son los más bajos de la región, a dólar paralelo a $150.-, con el 40% de aumento ganarán U$S 2.229.- que sumado a los adicionales llegarán a los U$S 2.700.- aproximadamente. En Chile ganan U$S 9.700.- y en Paraguay U$S 4.800.-  Pero le recordamos a la legisladora que el salario mayoritario promedio en nuestro país es de solo U$S 300.-

Solo un parlamento de clase al servicio del bienestar de los trabajadores podría impedir estas barbaridades y propuestas que se difunden al servicio del capitalismo.