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Un nuevo ataque para el saqueo del conocimiento

A partir de la modificación del régimen académico para la primaria, los medios masivos de comunicación, el Gobierno y la oposición han centrado el debate acerca de las nuevas formas de calificar a los alumnos, como si la propuesta se reduce a si es legítimo que los docentes coloquen aplazos o no. Una vez más se intenta centrar en los docentes el fracaso de la escuela publica. En rigor esta nueva resolución 1057/14 no hace más que blanquear una situación que se viene dando de hecho, y es que los docentes son presionados por los inspectores para que todos los alumnos pasen de año, da lo mismo si aprenden o no aprenden. Pero desde el Frente Índigo y el PSTU sostenemos que el debate es más profundo, veamos qué dice el nuevo régimen académico.

El problema esta en la nueva ley de educación

A poco de ser sancionada la Nueva Ley de Educación (2008) y sin que todavía hayan egresado la primera camada de alumnos, ya podemos evidenciar los primeros fracasos. Quienes nos desempeñamos en la escuela pública sabemos del alto porcentaje de repitencia y sobredad del alumnado. Esta estadística que va en contra de mostrar los logros en materia educativa del Gobierno Nacional, se la pretende modificar haciendo al docente responsable de esta situación. Como si todo se redujera a tal o cual es la estrategia cognitiva que aplica el docente. En vez de buscar las causas de fondo que expliquen, por ejemplo, por qué ingresa tardíamente a la escuela, por qué no concurrió al jardín de infantes en su momento, por qué se ausenta. ¿Y donde encontrar estas respuestas? Debemos encontrarlas en el entramado social que nos deja la “década ganada”. Los últimos datos indican que en lo que va del año se perdieron cerca de medio millón de puestos de trabajo, que la mitad de la población laboralmente activa, se encuentra precarizada, en negro. Que no tiene acceso a médicos, fonoaudiólogos, psicólogos porque no tienen obra social. El Gobierno niega esta realidad.

La educación inclusiva que te excluye

La anunciada inclusión educativa hace agua por todos lados. Una de las razones es que el Gobierno no asigna el presupuesto para la educación. Desde hace dos años, en la provincia de Buenos Aires, los docentes no cobran en tiempo y forma, esto ha llevado a que las suplencias no se cubran con la consiguiente pérdida de horas de clases. La provincia de Buenos aires no garantiza mobiliarios a la escuela pública. La “batalla por la silla y la mesa” es lo que se vive cotidianamente en todos los distritos. A esto se suma los problemas de infraestructura que llevó a que durante el primer semestre, muchos establecimientos escolares no comenzaran el ciclo lectivo. Aunque ahora quiere maquillar la situación con la creación del fondo escuela, que no es otra cosa que repartir la miseria presupuestaria que manejan los consejos escolares. Por este cuadro de situación desde el Frente Índigo sostenemos que la Ministra Nora de Lucía miente cuando en este Nuevo Régimen académico propone la creación de maestros especiales. Miente porque hace más de diez años que no se nombran cargos, por ejemplo preceptores en las escuelas especiales. Ni se abonan los haberes a los acompañantes terapéuticos, contratados por fuera de convenio.

 

Una nueva escuela para una nueva educación

La escuela deja de ser un lugar para la construcción del conocimiento para dar paso a una escuela de contención. Para tal fin el nuevo régimen académico propone “flexibilizar los tiempos y espacios”, ”ampliar la gama de trayectorias educativas”. Las nuevas metas que se proponen a los docentes ya no es  verificar si el alumno adquiere contenidos de nivel. El nuevo objetivo es presentar proyectos y más proyectos.
Para el nuevo régimen académico es  necesario modificar todo el funcionamiento de la institución educativa, en consonancia con la Nueva Ley de Educación. En sus capítulos VI, V y VI, nos propone articular la organización en grupos de trabajo, con “distintos alumnos que estarán con distintos maestros” según las necesidades. Por esta vía se evitarán tiempos “tiempos ociosos”, trabajando incluso la pauta recreativa para” la anticipación y profundización de la enseñanza”. En rigor aquí cabe preguntarse desde cuándo el docente tiene tiempos ociosos. Quienes nos desempeñamos en la educación sabemos que las horas en que nuestros alumnos tiene meterías especiales (Arte, ingles, educación física) son los tiempos que el docente emplea para citar a los padres o reunirse con el equipo pedagógico para reflexionar, evaluar acerca de  su actividad. Sin embargo aquí aparece un nuevo criterio, el de la organización empresarial, que ataca los “tiempos muertos” de sus operarios para maximizar sus ganancias. Pero aquí no hablamos de “maximizar ganancias”, sino que estamos hablando de educación.

Te doy un derecho, te saco un derecho

Tanto el ministro Sileoni, como los gobernadores mienten porque, como anunciaron en el 2012, “los alumnos ya no repetirán más primer grado, aunque no hayan asistido al jardín”. Lo dicen ubicándose desde el lugar de quien otorga un derecho a la inclusión educativa. Sin embargo lo que está ocultando es que desde el propio Gobierno se está cercenando el derecho a la enseñanza inicial. Es decir el propio Gobierno ni es consecuente con su discurso de garantizar “la universalización del nivel inicial” como propone la Nueva Ley de Educación. ¿Por qué sucede esto? Porque en la provincia de Buenos Aires existe un déficit en la construcción de jardines.

 

Las dos caras de una misma moneda

Hoy asistimos a la paradoja que la educación publica no tiene presupuesto, mientras que la educación privada se sostiene con fondos públicos. El nuevo régimen académico nos propone que el alumno pueda ingresar en cualquier momento del año, sin interesar sus competencias, sus saberes previos y ubicándolo según su edad cronológica. Tampoco interesa si tiene el nivel inicial. Esta es la nueva escuela que nos propone el nuevo régimen académico. Ahora nos preguntamos quiénes van a poder estar ubicados en los años según sus saberes, quiénes van a ingresar a la escuela primaria teniendo su nivel inicial: solo quienes puedan pagarlo. Con la Nueva Ley de Educación, el nuevo régimen académico, se propone que solo los pobres asistan a la escuela pública.
El nuevo régimen académico es un paso más, sino uno de los más importantes, en este largo camino de destrucción de la escuela publica-estatal. Hoy es la primaria, mañana será la nueva escuela secundaria. Existe un retiro de las funciones del Estado, que se manifiesta en la no creación de jardines maternales, jardines de infantes, establecimientos escolares, pero paralelamente financia la educación privada. El estado coordina y financia dos sistemas diferenciados, el público, con una institución educativa centrada en la contención social, acompañado del saqueo del conocimiento y uno privado para aquellos que puedan pagarlo. En este proyecto, todos están de acuerdo, el Gobierno Nacional, la oposición patronal y la burocracia sindical.