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UNA LEY CONTRA LOS DERECHOS DEL PUEBLO PALESTINO, Y LA AUTOCRITICA DEL FIT-U

Hace unos días trascendió, a través de la agencia oficial Telam, la votación en la Legislatura de CABA, de una declaración impulsada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, y Felipe Solá, que “invita a los Poderes Legislativos y Judiciales” a adoptar la definición de “antisemita”, definición que ya fue adoptada por el gobierno de Alberto Fernández (Resolución 114/2020) . Esta definición es concebida como “una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto”. Y agrega que también es antisemitismo denegar a los judíos su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia del Estado de Israel es un empeño racista” “Las manifestaciones pueden incluir aquellas dirigidas al Estado de Israel, concebido como un colectivo judío. No se considera antisemita toda crítica que pueda ser similar a la crítica a otros países”.

Esta definición, impulsada por el gobierno nacional, hace parte de una política desplegada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), para defender la existencia del estado nazi fascista de Israel y justificar las atrocidades contra el pueblo palestino no solamente por parte del ejército de ocupación israelí, sino también por los colonos armados hasta los dientes, que usurpan el territorio palestino desde el año 1948, en una región considerada “estratégica” por el imperialismo. Mediante una maniobra discursiva, mezcla el correcto repudio al holocausto sufrido, por los judíos, con el rechazo a la represión, persecución y torturas llevada adelante por el Estado nazi-fascista de Israel contra el pueblo Palestino alentado y justificado por el sionismo.

Aunque aclara que “no es antisemita la crítica que puede ser similar a otros países” hay que aclarar que Israel no es un “estado como el de los demás países”, sino un estado “inventado”, enclavado en una región donde ya vivían pueblos milenariamente. El estado de Israel, su ejército y sus colonos son usurpadores de la tierra palestina y utilizan la violencia y métodos de guerra civil para desplazar y robar sus casas.  

Por eso los que luchamos por los derechos democráticos del pueblo palestino consideramos la necesidad de destruir el estado fascista de Israel y construir un estado democrático, laico y no racista, donde convivan, palestinos y judios como fue en la antigüedad, como única solución. 

Una ley a favor del sionismo y el pacto Trump-Netanyahu

No nos extraña que el macrismo y la bancada del Frente de Todos hayan votado adoptar semejante definición. Ninguno de ellos se ha pronunciado ni se pronuncia ante las atrocidades cotidianas del estado de Israel. Más aún Alberto Fernández en su primer viaje al exterior no olvidó abrazarse con el carnicero de Netanyahu, de ahí habrá salido quizás el apoyo a esta definición. 

Con esta definición les será más fácil perseguir a los luchadores que defendemos los derechos democráticos del pueblo palestino, acusándonos de antisemitas. 

Una prueba más para que los trabajadores, los defensores de los Derechos Humanos o los que luchan por los elementales derechos democráticos, concluyan, que instituciones como el Congreso y en este caso la Legislatura no defienden ningún derecho de los pueblos, sino que están al servicio de los intereses de los empresarios y el imperialismo.

Lo que es inaceptable y vergonzoso que los diputados presentes del FIT-U (Solano del PO, Bergman del PTS) hayan votado a favor de esta declaración que reconoce explícitamente al estado nazi-fascista de Israel. 

La autocrítica del PTS y el PO

Como no podía ser de otra manera, surgieron voces tanto desde diferentes sectores no solamente de izquierda condenando la resolución del gobierno de Alberto Fernández como la votación en la Legislatura porteña. Particularmente el papel jugado por Solano, Miryam Bergman y Alejandrina Barry.

El repudio generalizado y la exigencia de retractarse, llevo a los legisladores del FIT-U a reconsiderar su voto y autocriticarse por haber votado semejante engendro.

Desde nuestra corriente morenista siempre hemos considerado que cuando se cometen errores es muy saludable y educativo la revisión y autocritica cuando se cometen errores. Pero justamente la autocrítica para ser útil y no una mera justificación, debe abordar las causas verdaderas y profundas que en este caso están ausentes.

En primer lugar, Bregman, Solano y Barry justifican la votación en que “Se trata de una votación general y en bloque donde los temas no son analizados (sic) por separado y son entregados un miércoles a la noche para ser votados a la mañana del jueves, sin permitir un estudio a fondo de cada tema, un método absolutamente antidemocrático porque impide cualquier tipo de deliberación y debate”

En el barrio le dicen “no aclaren que oscurece”. Aceptar que se vota unas propuestas de los partidos burgueses a “libro cerrado”, entendemos “sin estudiar lo que se vota”, es como mínimo preocupante. No desconfiar de una propuesta de un parlamentario burgués, es grave sobre todo «si no hubo tiempo de estudiar” lo que se va a votar. Es no seguir los consejos de nuestros maestros Marx, Lenin y Trotsky acerca de la labor de los parlamentarios obreros. Salvo que los compañeros quieran justificar que con “la deliberación y el debate” se iban a “esclarecer” y comprender que había que “votar negativamente”. En su auto critica denuncian el “método antidemocrático” del debate, pero olvidan denunciar el carácter de la Legislatura que pone a votación una declaración, a favor del Estado genocida de Israel y que ellos por “error” terminan votando. 

Los diputados y legisladores del PTS y el PO no es la primera vez que votan leyes o declaraciones de los partidos patronales. Aunque esta es la primera vez que se “auto critican”. Pero esta autocrítica es más bien una justificación de lo injustificable. Por eso en nuestra opinión, no van a fondo del problema: La democracia burguesa, sus instituciones y partidos ejercen una fuerte presión sobre los revolucionarios, para tratar de “limar aristas”, suavizando posturas. Y mucho más sobre los diputados, legisladores que deberían actuar denunciando a esas instituciones, llamando a no confiar ni por un instante en las “cuevas de bandidos” que son. Y lamentablemente, esto está cada vez menos presente en los Diputados y Legisladores del FIT-U, adaptándose cada vez más al parlamentarismo burgués. Y para nosotros es, en última instancia la verdadera explicación de lo ocurrido. 

El daño en la confianza de los luchadores ya está hecho. Llamamos a todos ellos a denunciar la resolución del gobierno de Alberto Fernández, la Ley votada por la Legislatura como parte del pacto entre Trump y Netanyahu. 

Y a los compañeros Bergman, Solano y Barry a rever los términos de su “autocrítica”. Es necesario buscar una explicación correcta a esta conducta. Es un debate que debemos hacer de cara a los trabajadores

28/06/2020